Escrito por Sabina Arias
Hay algo mágico en hacer un regalo a mano para alguien que se ama, es pausar por un momento de nuestras vidas ocupadas y tomarse el tiempo de demostrar nuestro amor de una manera sencilla, casi infantil. En el transcurso de esta semana, me di algo de tiempo fuera de mis ocupaciones diarias para trabajar en un pequeño proyecto: un osito de peluche que diseñé especialmente para una amiga y maestra muy querida. Ocurre que su cumpleaños cae en el mismo mes que el mío, en la primavera de Marzo, y quise sorprenderle tras muchos años de ausencia con un pequeño regalo. Comencé con un bosquejo de lo que quería, un muy pequeño y adorable osito de peluche, casi estilo kawaii, busqué entre mis telas, y comencé a crear un patrón sencillo. Pronto estaba ya haciendo puntadas, armando sus delicadas orejas, cabeza, brazos, piernas, rellenando el osito con suave algodón, y bordando su rostro para darle vida con una personalidad inocente e infantil… y mientras cortaba, cosía, y agregaba los toques finales tuve en mente a mi maestra de violín, quien fue alguna vez parte de mis recuerdos de infancia, de aquellos tempranos años de música, llenos de clases de música, mi primer violín, recitales… Puse una parte de mi al trabajar en el osito, y mientras envolvía el osito en papel color claro, pensé en cuan feliz se pondría mi maestra al recibir tal regalo, sencillo, hecho a mano y con amor, después de tanto tiempo de ausencia… un regalo hecho a mano para recordarnos de una vieja amistad y recuerdos nostálgicos.
La Vida Hecha a Mano 